Con el día de la madre "afloran" algunas reflexiones. En algo somos todos iguales, es que nacemos de una mujer, de una madre. Después el destino nos hace diferentes. Este año cumplo dos tercios de mi vida sin mi madre. Ella se fue muy joven, una lástima. Me gustaría que hubiese conocido mis hijos, y que no sea solamente mi suegra que me hable bien de ellos. Aveces veo algún rasgo de mi madre en mi hija. Pero no tengo con quién compartirlo, porque casi todos los que me rodean no la conocieron. Pero aparece un recuerdo en una nariz, en el carácter. Que increíble lo de la genética.
Algunos tienen madres sustitudas, cuando el padre viudo se vuelve a casar, y lo hace con la suerte de formar de nuevo la familia. No siempre ocurre.
Emociona y duele cuando alguien que la conoció te habla bien de ella, y te sorprende cuando te cuentan algo que no sabías. El resto queda en tu imaginación que es un recuerdo, que con el tiempo se hace cada vez más chico. Una forma de recordar es contar historias sobre ella, pero los detalles son cada vez mas limitados, y a los oyentes hay que mantenerles el interés en la historia.
Mañana muchos llevaran flores a su madre, pero algunos lo harán en una tumba, y otros en el jardín de los recuerdos, como pueden ser estas líneas.
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